Asociación de lo premonitorio con lo divino
La prospección del avenir en la antigüedad: la adivinación
Desde que el ser humano existe, siempre ha buscado conocer el porvenir. Y en la medida en que fue consciente de que ciertas acciones pueden cambiarlo, procuró determinar cuáles eran los momentos propicios para hacerlo, y qué acciones debía emprender para hacer este cambio fuera afortunado. Con ello busco descubrir ciertos signos que le dieran las pautas de lo que podría resolver de una manera favorable sus preocupaciones económicas, alimenticias, sentimentales, estratégicas, políticas, etc. La actividad premonitoria, que muy pronto fue asociada con lo divino (a-divinación), se practicó desde tiempos remotos y anteriores a la memoria histórica.
La creencia de que en ciertas circunstancias los designios divinos eran revelados por los mismos dioses a algunos individuos, era corriente en muchos pueblos de la antigüedad, antes de que alcanzaran un cierto nivel de desarrollo intelectual. En los primeros tiempos, esa creencia era natural y estaba fundada en una supuesta conexión estrecha entre los dioses, la naturaleza y los hombres.
La asociación de lo divino con lo político
Pero en la medida que la experiencia familiarizó a los humanos con las leyes naturales, paulatinamente esa creencia era abandonada, al menos por los individuos más evolucionados intelectualmente, aunque las multitudes, generalmente agrarias y dependientes, siguieron
adhiriéndose a ella dado su relativo grado de ignorancia. Con frecuencia, quienes detentaban en poder, advirtiendo las ventajas que podían sacar de este hecho, alentaron y promovieron esta creencia, al igual que ciertas creencias religiosas, usándolas como medio de manipulación política y sometimiento.
Tal es la creencia generalizada que los reyes tienen a veces un origen heroico, pero en la mayoría de los casos, este origen es divino.
Para los mongoles, por ejemplo, la naturaleza fundamental del cielo era la raíz de todos los actos de gobierno. Esto estaba manifiesto a través de varios ejemplos. Una entera confianza en los designios de la bóveda del cielo era la manera de correcta de gobernar la tierra, puesto que con ello se seguía con la simetría natural entre ambos. Y esta simetría, que se manifiesta en el lenguaje figurado de la alegoría, debía ser el eje de todos los actos de gobierno. Ello se generalizaba también a todos los aspectos de la cultura.