Los sueños
El misterio de los sueños.
Soñar es una actividad psíquica tan misteriosa que todavía ninguna investigación científica ha llegado a explicar su rol y su función. Los psicólogos piensan que ellos tienen el deber de establecer una teoría válida y nos dicen, de una manera superficial, que los sueños son símbolos de los deseos de una persona, o que los sueños son una actividad en feed back que nos ayuda a adaptar las emociones, acomodando y consolidando las vivencias y los recuerdos. Los sueños nos ayudarían a manejar los procesos mentales y emotivos disipando las tensiones y el stress de la vida cotidiana. Para ciertos filósofos y pensadores religiosos y espirituales, los sueños tendrían un significado importante como manifestación espiritual.
Por la diferencia de los contenidos oníricos con la realidad, los sueños han sido siempre un misterio y todas las culturas humanas nos han dado sus explicaciones propias. Algunas culturas dicen que cuando una persona sueña su espíritu quita el cuerpo y encuentra otra gente, sea en un mundo espiritual, donde también puede encontrar los difuntos, sea en un mundo astral y emocional donde solamente el cuerpo astral del durmiente puede acceder. Otras culturas piensan que el espíritu entra en un mundo físico donde la realidad es solamente un consentimiento.
En todo caso, no hay una explicación satisfactoria y una verdadera teoría sobre los sueños es un problema sin solución. Y cuando un problema no tiene solución es por dos razones: o el problema está mal planteado o el problema no tiene solución. Pero no es necesario explicar lo que son los sueños para utilizarlos de una manera mágica. Simplemente vamos a aceptarlos tal como son y vamos a dejar todas las explicaciones teóricas de lado para ocupación de los científicos y de los filósofos.
Cuando soñamos, los centros fisiológicos intuitivos y emocionales están bien activos. Si la intuición y las emociones son útiles muy importantes para los trabajos mágicos, ya que ellas nos permiten manipular los trasfondos de la conciencia, es lógico que estemos atentos a lo que los sueños nos dicen. Los sueños, como los hechizos, funcionan a menudo en términos simbólicos. Los magos y los hechiceros trabajan de una manera natural con los sueños. Los “sueños lúcidos” son una forma de conciencia que se usa con fines prácticos de exploración o para conseguir resultados concretos.
Con ellos se pueden crear en la realidad ciertas modificaciones energéticas persistentes que determinan una acción y un resultado bien real y concreto. Al igual que en un hechizo, donde un ritual simbólico organiza las energías para la obtener un resultado concreto, los “sueños lúcidos” originados y motivados con un fin particular, pueden ayudar a obtener los resultados deseados.
El trabajo mágico con los sueños
Con frecuencia los adeptos hechiceros y magos toman nota cuidadosamente de sus sueños, teniendo en cuenta las libres asociaciones que ellos suscitan. La mejor manera de discernir y de seguir los “motivos oníricos” es llevando un diario de sueños. Se anotan en un cuaderno los elementos singulares de un sueño y se los relaciona con otros sueños anteriores o con eventos de la vida cotidiana.
Soñar un hecho insólito aunque sea simple y banal (por ejemplo que hemos perdido las llaves de la casa), podrá ser asociado intuitivamente a un evento ocurrido (como por ejemplo un desacuerdo familiar o una separación). Pero si este sueño es recurrente, es decir que si con una cierta frecuencia soñamos que estamos perdiendo algo, este símbolo se transforma en lo que se llama un “motivo onírico”. Frecuentemente el discernimiento de los motivos oníricos contribuye a la comprensión de los símbolos mismos.
Recordar los sueños es una tarea de base para trabajar con ellos. El diario de sueños es un simple cuaderno en el que se anotan algunas palabras esenciales, por lo menos tres, que nos permitan recordar el sueño. Este ejercicio es muy interesante en sí porque los sueños son de naturaleza fugaz, el cerebro no les acuerda demasiada memoria y se esfuman rápidamente. Unas pocas palabras son suficientes para recordar el sueño.
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